En el siglo X, la ciudad de Aljezur sería casi una isla - por eso su nombre en árabe era al-Yazira (la isla), rodeada por la Ribeira de Aljezur, que se convirtió en un puerto fluvial para el antiguo Imperio Almorávide.
Las sinuosas y estrechas calles de la ciudad, con sus casas encaladas, transportan al visitante a los lejanos tiempos de la medina árabe.
El castillo, construido sobre las ruinas de un castillo de época romana, formaba parte del sistema defensivo que protegía Silves en la época almohade, entre los siglos XII y XIII, cuando la ciudad fue conquistada durante el reinado de Afonso III por los caballeros de Paio Peres, maestro de la Orden de Santiago.
La fortificación era de planta poligonal y de la época islámica se conservan algunos tramos de murallas, la torre semicircular, al norte, y la cisterna.
Las excavaciones arqueológicas realizadas allí han recogido diversos materiales cerámicos de la época almohade (segunda mitad del siglo XII y primera mitad del siglo XIII), algunos de los cuales forman parte de las colecciones del Museo Municipal de Aljezur y del Museo Regional de Lagos.
En los alrededores del Castillo de Aljezur se encuentra la Fuente de las Mentiras, asociada a la leyenda de la conquista de la fortaleza, que fue entregada a los cristianos por una mujer mora que traicionó a su propio pueblo por amor.
Cuenta la leyenda que la bella mora, que se había enamorado de un guerrero cristiano, no pudo resistirse a confiarle que debían iniciar la toma del castillo un día en que los habitantes acostumbraban a bañarse en las frescas aguas de una playa cercana. Ese día, la mora María Aires permitió a los hombres de Paio Peres entrar en el castillo sin vigilancia a través de la Fuente de las Mentiras, que se comunicaba con él por un pasadizo subterráneo.
Fue este amor el que hizo posible la conquista cristiana de Aljezur para los Caballeros de Santiago!
En el siglo X, la ciudad de Aljezur sería casi una isla - por eso su nombre en árabe era al-Yazira (la isla), rodeada por la Ribeira de Aljezur, que se convirtió en un puerto fluvial para el antiguo Imperio Almorávide.
Las sinuosas y estrechas calles de la ciudad, con sus casas encaladas, transportan al visitante a los lejanos tiempos de la medina árabe.
El castillo, construido sobre las ruinas de un castillo de época romana, formaba parte del sistema defensivo que protegía Silves en la época almohade, entre los siglos XII y XIII, cuando la ciudad fue conquistada durante el reinado de Afonso III por los caballeros de Paio Peres, maestro de la Orden de Santiago.
La fortificación era de planta poligonal y de la época islámica se conservan algunos tramos de murallas, la torre semicircular, al norte, y la cisterna.
Las excavaciones arqueológicas realizadas allí han recogido diversos materiales cerámicos de la época almohade (segunda mitad del siglo XII y primera mitad del siglo XIII), algunos de los cuales forman parte de las colecciones del Museo Municipal de Aljezur y del Museo Regional de Lagos.
En los alrededores del Castillo de Aljezur se encuentra la Fuente de las Mentiras, asociada a la leyenda de la conquista de la fortaleza, que fue entregada a los cristianos por una mujer mora que traicionó a su propio pueblo por amor.
Cuenta la leyenda que la bella mora, que se había enamorado de un guerrero cristiano, no pudo resistirse a confiarle que debían iniciar la toma del castillo un día en que los habitantes acostumbraban a bañarse en las frescas aguas de una playa cercana. Ese día, la mora María Aires permitió a los hombres de Paio Peres entrar en el castillo sin vigilancia a través de la Fuente de las Mentiras, que se comunicaba con él por un pasadizo subterráneo.
Fue este amor el que hizo posible la conquista cristiana de Aljezur para los Caballeros de Santiago!
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