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Cascais

A pesar de haber tenido presencia judía en la Edad Media, Cascais gana especial referencia durante la Segunda Guerra Mundial cuando se convierte en el principal punto de acogimiento de refugiados, especialmente de judíos que huían al régimen nazi, realidad relatada en la película Casablanca.

Muchos de estos refugiados solo estaban de pasaje por Portugal mientras esperaban transporte para llevarlos a los Estados Unidos, especialmente a Nueva York, o a Ciudad de México, Rio de Janeiro o Buenos Aires. Sin embargo, la presencia de muchos se prolongó cuando los Estados Unidos entraron en la guerra y los viajes en el océano Pacífico se volvieron cada vez más raros y peligrosos.

La presencia de Cascais, especialmente en la zona de Estoril, se revestía de un cierto encanto, juntando espías y familias reales, gente de cultura y ciudadanos anónimos. Una cierta libertad de movimiento, permitida ya que algunos de los refugiados estaban alojados en casas de importantes familias portuguesas y otros estaban hospedados en hoteles, permitió una profunda relación con la sociedad local y algunos de esos refugiados se quedaron a vivir en Portugal o mantuvieron un vínculo para siempre con Cascais.

Entre los muchos refugiados que vivieron en la década de los cuarenta del siglo XX en Cascais y en Estoril, se cuenta, por ejemplo, el autor de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry que, basándose en su experiencia, escribió el libro Carta a un rehén (1943) donde describe la vida cotidiana de los refugiados. La duquesa Carlota de Luxemburgo llegó con un visado firmado por Aristides de Sousa Mendes, el cónsul de Portugal en Burdeos, que emitió millares de visados a refugiados, principalmente judíos, desobedeciendo las órdenes del Ministerio de Relaciones Exteriores portugués. Se cuentan, además, entre muchos otros, Stefan Zweig, Moisés Ettner, Franz Werfel y Alma Mahler-Werfel, Isaiah Berlin, Peggy Guggenheim, Max Ophüls, Berthold Jacob, Fritz Teppich, Ference Chorin Jr. y Leonid Hurwicz. Es en torno a estos nombres y de todos los refugiados anónimos que el Espacio Memoria de los Exilios encuentra sus objetivos de crear memoria e investigación.

En los últimos años, muchos judíos extranjeros migraron a esta villa costera. Como resultado de este crecimiento, se encuentra en fase de creación una comunidad judía organizada y ya recibieron una Torá en 2015 terminada de redactar ya en Portugal. Todos los años se celebra públicamente la Janucá con el encendido diario de los brazos de la Menorá.

En Cascais se va a construir el Jewish Life and Learning Center (Centro de Aprendizaje de la Vida Judía), imagen de la vitalidad de la comunidad judía, acogiendo cada vez más judíos migrantes europeos de diversos orígenes.

A pesar de haber tenido presencia judía en la Edad Media, Cascais gana especial referencia durante la Segunda Guerra Mundial cuando se convierte en el principal punto de acogimiento de refugiados, especialmente de judíos que huían al régimen nazi, realidad relatada en la película Casablanca.

Muchos de estos refugiados solo estaban de pasaje por Portugal mientras esperaban transporte para llevarlos a los Estados Unidos, especialmente a Nueva York, o a Ciudad de México, Rio de Janeiro o Buenos Aires. Sin embargo, la presencia de muchos se prolongó cuando los Estados Unidos entraron en la guerra y los viajes en el océano Pacífico se volvieron cada vez más raros y peligrosos.

La presencia de Cascais, especialmente en la zona de Estoril, se revestía de un cierto encanto, juntando espías y familias reales, gente de cultura y ciudadanos anónimos. Una cierta libertad de movimiento, permitida ya que algunos de los refugiados estaban alojados en casas de importantes familias portuguesas y otros estaban hospedados en hoteles, permitió una profunda relación con la sociedad local y algunos de esos refugiados se quedaron a vivir en Portugal o mantuvieron un vínculo para siempre con Cascais.

Entre los muchos refugiados que vivieron en la década de los cuarenta del siglo XX en Cascais y en Estoril, se cuenta, por ejemplo, el autor de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry que, basándose en su experiencia, escribió el libro Carta a un rehén (1943) donde describe la vida cotidiana de los refugiados. La duquesa Carlota de Luxemburgo llegó con un visado firmado por Aristides de Sousa Mendes, el cónsul de Portugal en Burdeos, que emitió millares de visados a refugiados, principalmente judíos, desobedeciendo las órdenes del Ministerio de Relaciones Exteriores portugués. Se cuentan, además, entre muchos otros, Stefan Zweig, Moisés Ettner, Franz Werfel y Alma Mahler-Werfel, Isaiah Berlin, Peggy Guggenheim, Max Ophüls, Berthold Jacob, Fritz Teppich, Ference Chorin Jr. y Leonid Hurwicz. Es en torno a estos nombres y de todos los refugiados anónimos que el Espacio Memoria de los Exilios encuentra sus objetivos de crear memoria e investigación.

En los últimos años, muchos judíos extranjeros migraron a esta villa costera. Como resultado de este crecimiento, se encuentra en fase de creación una comunidad judía organizada y ya recibieron una Torá en 2015 terminada de redactar ya en Portugal. Todos los años se celebra públicamente la Janucá con el encendido diario de los brazos de la Menorá.

En Cascais se va a construir el Jewish Life and Learning Center (Centro de Aprendizaje de la Vida Judía), imagen de la vitalidad de la comunidad judía, acogiendo cada vez más judíos migrantes europeos de diversos orígenes.

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